UN ABRAZO, UNA CAMISETA Y UNA RED QUE SE TEJEN CON PASIÓN ETERNA

El tiempo tiene el valor de haberlo vivido con pasión, ganas y entusiasmo contagiado. Solo así puedo comenzar a escribir y describir el vínculo que me une a esta gran persona.

En los años ochenta, cuando comenzábamos la secundaria en la Escuela Normal, con un puñado de gurisadas que queríamos divertirnos aprendiendo un juego que se salía del fulbito del barrio. Jugar al básquet tenía el sabor y la intriga de comenzar a explorar habilidades de otras extremidades, con la ayuda de tipos apasionados que creían que era posible formar jugadores, planilleros, armadores de redes para el aro. Pero, sobre todo, buenos deportistas y personas útiles para la sociedad.

El Pelado Zaffaroni, o profe Tato como lo conocíamos, tenía la gran virtud de mezclar humoradas con exigencias de responsabilidad. Era muy difícil verlo enojado, pero tampoco convenía probar tal estado de ánimo. El grupo lo respetaba tanto en la escuela como en el club.

Pasaron los años y nos fuimos encontrando con el Profe. Y debo reconocer que todas las veces el afecto y el respeto fueron creciendo. A tal punto que con él vamos apuntalando el entusiasmo de mi gurí el Ayrton, casi en conjunto. Él demuestra el mismo entusiasmo, y a veces más que yo, por los avances en el juego, por videos y fotos que le comparto por redes sociales.

Todo esto sería una anécdota de las tantas que deben tener muchos ex alumnos del Pelado. Pero yo voy a resaltar la que me trae a este escrito y semblanza, a una persona que sabe cómo acariciar el alma de la gente, en esos momentos en que la vida nos presenta como prueba.

Él me dijo un día:

– Decile a ese gurí que tengo una camiseta de básquet del equipo de la “Escuela” para regalarle, y también le voy a armar una red para el aro que tiene ahí en el Sur.

Y así fue que hace unas semanas atrás, me llegué hasta su casa por la calle Irigoyen de Santo Tomé, antes de emprender mi regreso a la Patagonia. Como no podía ser de otra manera le metimos unos mates, hasta llegar al momento de entrega de la camiseta y la red que debía viajar al basquetbolero del Sur.

Esa camiseta verde que el Ayrton va a usar con orgullo en entrenamientos, va a representar los sueños más lindos que picábamos en la áspera cancha de la Normal o la Italiana. En esa camiseta está impregnada la mística y los sueños de muchos gurises (niños-jóvenes) que se hicieron basquetbolistas con la pasión y responsabilidad del TATO ZAFFARONI. El Pelado que, cuando estabas medio remolón en el entrenamiento, siempre buscaba la manera de que despiertes y te salgan las mejores entradas de bandeja o lanzamientos de la línea de tres.

Con el Tato aprendimos a jugar y a mirar el básquet. Pero lo más importante que nos dejó este tipo es que por más que pasen los años, vos te lo sigas encontrando al Profe en las calles del Pueblo, y sigas teniendo las mismas ganas de cruzarte de vereda, o la plaza entera para ir acelerando el paso, o corriendo y fundirte en un abrazo fraterno con Tato.

¡GRACIAS JUAN CARLOS “PELADO” “TATO” ZAFFARONI! POR LA CAMISETA… POR LA RED… Y POR EL LEGADO ETERNO DE SER NUESTRO PROFE PARA TODA NUESTRA VIDA, Y LA DE NUESTROS HIJOS.