BIEN ALTA LA BANDERA DEL SACRIFICIO
La vida me fue regalando la posibilidad de conocer personas muy importantes y yo sé que muchos de Ustedes pensarán que me comenzaría a referir a jugadores de fútbol consagrados, modelos publicitarios del mundo, políticos de raza o presidentes y reyes de otras naciones lejanas y tantos afamados más.
He de aquí que los amigos que fui recibiendo como regalos de Dios están lejos de la fama efímera de esas frivolidades. Por eso hoy me voy a atrever a presentarles a mi amigo Juan, un hombre de Santo Tomé Corrientes, quien me engrandece con su amistad, él tiene un taller de chapa y pintura de automóviles que se llama San Cayetano, en el cual es jefe y patrón, y como todos sabemos que cuando alguien pretende ser entre comillas “independiente”, cualquier tempestad económica que sacude al país, a los primeros que afecta son a estos emprendimientos del trabajo día a día.
Sigo contándoles que por ejemplo mi amigo en su vida de familia tiene siete hijas mujeres por las cuales recibió todo tipo de cargadas y chanzas de sus amigos del taller, las cuales iban del: éste no sabe hacer varones a ya te van a comenzar a caer los yernos, las cuales soportaba con la paz de un monje tibetano, solo riéndose, acompañando su forma de ser.
Y así se fueron criando las guainas como él les dice e iban terminando la secundaria, cada tanto nos comentaba le tengo que mandar unos pesos a la Profesora, cuando una de ellas todavía estudiaba y ya hoy es Profesora de Educación Física.
En el camino de su vida Juan sufrió un accidente cerebro vascular que nos tuvo a todos en vilo y casi le costó la vida. Recuperándose meses después con algunas secuelas mínimas que le permitieron seguir ayudando a su familia a lograrse, pero sobre todo a las guainas que estaban estudiando.
En la foto que acompaña ésta publicación vamos a ver detrás de una bandera la sonrisa de un tipo que eligió vivir en libertad, permitiéndose ser amigo de muchos con generosidad y respeto, pero sobre todo dignidad. Es imposible no reconocerle a Juan que él siempre está cuando hay que estar, sino pregúntele a sus hijas, sus amigos, o su familia linda.
Gracias Juan Ferreira por enseñarnos que cuando el amor se combina con el sacrificio todo es posible, y que los sueños son proyectos reales de los poriahu, que no son los pobres, sino los humildes luchadores, simples hombres padres de familia que con virtudes y defectos siempre van para adelante. Y felicitaciones a las guainas de Este amigo, que ponen todo de si para regar el sueño de sus padres.
Ahí está mi amigo Juan festejando uno de sus logros, detrás de la bandera de “la Contadora”, mirándonos con la sonrisa grandota, pensando seguramente también que andarán haciendo y necesitando las otras guainas.