CUANDO LLUEVE EN SANTO TOMÉ, UNO SIEMPRE VUELVE

La tarde pesada muestra un color gris oscuro, con nubarrones rezongando en truenos. El tereré se pasea de mano en mano con chupadas estruendosas que llegan al reto de la madre que le dice a una de las gemelas:

¡¿Tanta sed vas a tener?!

Y todo está tan fríamente calculado y diagramado que a pesar del disimulo de lo distendido de la tarde, donde todos saben que primero va venir el viento y los va a desparramar con los ojos llenos de tierra, al fondo del galpón o la cocina de la abuela Alba. Y enseguida en pleno ventarrón que tira las primeras gotas, se escuchará la voz de y una de las tías que preguntará amenazando:

-¡Más vale que haya harina y grasa! Porque ésta lluvia no va parar por un rato.

Entonces todo ese revuelo despierta al padre que estaba durmiendo en el suelo, usando solo una sábana como colchón, para aprovechar el fresco del piso y casi pegado al ventilador que se apagó con el primer rayo de descarga eléctrica de la tormenta. Con los pelos desparramados y refregándose los ojos dice con voz sabia:

-Es una lluvia de verano nomás, enseguida va a parar.

Mientras el olor a tierra mojada impregna la casa, y la zanja del frente de la casa en la vereda se desborda armando un mini arroyo, que corre con un agua cristalina e imita una vertiente, de esas que se ven en las películas nomás.

Entonces el papá recién levantado toma de arrebato a la más pequeña de las niñas, para salir a jugar bajo la lluvia que cae en forma débil. Porque yo no sé si ustedes saben, pero en Santo Tomé Corrientes, cuando llueve no solo hay que ser niño para jugar bajo la lluvia. Allá solo hay que tener calor y los pies descalzos para que el niño que vive en cada uno. Se despierte, se refriegue los ojos, y diga con seguridad:

-Es solo una lluvia de verano.

Mientras se hace que no escucha. En tanto su paladar se apronta para saborear las tortas fritas que ya se amasan, con el mate amargo que van a venir después del chapuzón con sus guainas, en la misma baleta (zanja) de agua que él, hoy hombre y padre, jugó en el pasado de Guri, con algunos vecinos del barrio que todavía viven allí y otros que ya no están…