Si al dormirte sobre el suelo soñaste escuchar tropel de caballos y tacuaras con un fondo de arengas en el cálido abáñeé. Si en tus recuerdos navega un bandoneón, dulce y agreste. Si has corrido por pastizales con aromas a Karé, Marcela, Chilcas y espartillos. Si tu cielo es un tapiz de naranjos, ñangapirís, guayabas, canafistos y timbós. Si podes señalar cada punto del mapa y nombrar un afecto en cada latitud. Si cada vez que pisas un andén, te revolotea la idea de un regreso. Si las cuerdas y los fuelles te suenan a flujos de Paraná y Uruguay, bien entreverados con Aguapey, esteros, arrroyos y lagunas. Si sentís que a la vuelta de tu esquina se estuvo haciendo la historia. Si te pidieron un sapucai y tuviste que explicar que eso que te brota cuando estás contento, cuando te pones nostálgico, cuando convidas a pelear o cuando te duele mucho el alma no se hace por encargo, que fluye sólo y desde adentro. Si alguna vez el kuarahí te bruñó el lomo y por las noches añoras una Yasí navegadora. Entonces, esta es tu patria.
Bienvenido a la Patria Guaraní